lunes, 6 de octubre de 2014

Monica Oriol, el círculo de empresarios y las Tarjetas opacas de Caja Madrid.



Mónica Oriol la (volvió) a liar con sus declaraciones. Es cierto que si ves por completo su declaración (el vídeo corre por ahí) sus afirmaciones se han sacado (un poco) de contexto pues lo dijo fue:

"Regulaciones para proteger a la mujer: una mujer entra a trabajar en una empresa en España, se queda embarazada, tiene derecho a unos meses de maternidad -ahora también los tiene los hombres, afortunadamente-, vuelve al mundo del trabajo y durante 11 años está blindada. No se la puede despedir lo haga bien, mal o regular" "Se desvincula el trabajo de la mujer -como persona- de su productividad. Ahora vamos al jefe de Recursos Humanos: tiene que tomar una decisión en cuanto a quién le va a ofrecer un puesto y a quién le va a dar una carrera profesional. Y aquí somos empresarios todos [se refiere al auditorio]. Y lo que pensamos es, esta persona que estoy contratando ¿va a estar motivada a producir cada día un poquito más, alineada con los intereses de la empresa?" "Se desvincula el trabajo de la mujer -como persona- de su productividad. Ahora vamos al jefe de Recursos Humanos: tiene que tomar una decisión en cuanto a quién le va a ofrecer un puesto y a quién le va a dar una carrera profesional. Y aquí somos empresarios todos [se refiere al auditorio]. Y lo que pensamos es, esta persona que estoy contratando ¿va a estar motivada a producir cada día un poquito más, alineada con los intereses de la empresa?"

Y después fue cuando dijo las declaraciones que la han hecho famosa (para mal) que prefiere contratar a mujeres menores de 25 y mayores de 45. Hay gente que incluso podría encontrar algo de razón en sus parrafadas, pero leámoslo bien. Parece ser que el blindaje de un puesto de trabajo (aunque todos sabemos que hay formas de saltarse ese blindaje, y conocemos casos en que se ha despedido a mujeres por su embarazo) baja inmediatamente la productividad. 

Así, por ejemplo, un médico funcionario deja de operar con garantías el mismo día que se le adjudica su plaza. O un profesor deja de dar su temario porque (en teoría) su plaza (que se ha ganado) está blindada. Absurdo, ¿verdad? 

Tampoco refleja cuáles podrían ser las causas de esa supuesta causa de productividad empresarial, claro. Podría haber dicho que en nuestra sociedad (machista) son las mujeres las que se siguen ocupando de la mayor parte del cuidado de los hijos con poca o nula ayuda de sus parejas. Que las ayudas para compatibilizar empresa y hogar (tanto para hombres como para mujeres) son inexistentes, o, por terminar, que no se blinda a las mujeres por su embarazo, sino por las condiciones desfavorables que existen en nuestro sistema laboral, como sueldos menores o la  imposibilidad para acceder a cargos de poder. 

En resumen, ¿se sacaron de contexto sus declaraciones? Por supuesto. ¿Eran, entonces, unas declaraciones que no atentaban contra la estabilidad laboral de la mujer? Ni por asomo. Quizás no merecía un vapuleo similar al que ha recibido, pero tampoco salirse de rositas.

¡Un abrazote!












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