Y dimitió Ana Mato. Y el mundo sigue girando. Hacia el mismo lado. No somos nada.
¡Un abrazote!
P.D. Como soy un negado tecnológico, acabo de descubrir los comentarios que dejáis por el blog, e incluso he descubierto cómo responder. Lo sé. Un genio. A partir de ahora prometo responder a todo aquel dispuesto a intercambiar palabros con este pitosaurio.