La mitad de la semana merece ser celebrada con el doble del doble de viñetas.
Ya sé, ya, que me he saltado un par de días...pero siempre hay una razón o una excusa que puedo inventar en el último minuto. La cuestión no es que suene verdadera, no. La jugada maestra, el movimiento de genio es hacerla tierna.
Veamos, no es lo mismo mi perro se ha comido mis viñetas que...
Mi perro se ha comido las viñetas... y después se ha atragantado con la celulosa y ha dejado de respirar. Le he hecho la respiración boca hocico sin conseguir ningún resultado. Me he lanzado en mitad de la calzada parando a un sorprendido limpiador urbano con su camión de cepillos y, tras sacarle brillo a mis botas, le he convencido para que me lleve a urgencias veterinarias.
Hemos recorrido los treinta y cinco metros que nos separaban de la clínica en un plis plum, dejandolo todo limpio a nuestro paso. El veterinario lo ha cogido de inmediato y ha cargado sus tenacillas de pezón eléctricas para darle tres descargas. Cargando a 125. ¡Fuera! Nada. 150. ¡Fuera! nada. ¡3000! Y se ha levantado el perro el veterinario, y la madre que lo parió.
Y ahí dejas una pausa para oír los oooooooes.
¿Creíble? 70-30. Tierno 100% Bimbo.
¡Un abrazote!´
P.D Pongo algunas viñetas anteriores para que se siga bien la serie.