Cambiando de tema, hago una entrada personal en el blog porque acabo de empezar la operación tranchete del verano y me he apuntado a un gimnasio.
Nunca he sido demasiado deportista (a que mola cuando demasiado se utiliza mal) por lo que los gimnasios son un espacio desconocido para mi.
Total que entré en los vestuarios, me escondí en una esquina para que los gigantes hercúleos come tirillas no detectaran mi olor y me encaminé a la zona de máquinas.
Entre correr en una cinta que no avanza, una bici que no corre y unas escaleras que no suben, escogí las escaleras pensando que, al menos en algún punto, podían ser de bajada. Le di a los botones y me puse al lío. Y tan concentrado estaba que no me di cuenta que las máquinas estaban puestas delante un gran ventanal que daba a la piscina exterior donde...
Pues sí, amigos, donde tomaban el sol cuerpos preciosos en top less (y chicos de músculos cincelados por Miguel Angel en slip, también, claro, sólo que no me fijé tanto en ellos y no son tan divertidos de dibujar)
Nunca había comprendido tanto al burro al incapaz de alcanzar la zanahoria que han colgado frente a él del mismo modo que nunca había subido tantas escaleras tan deprisa.
No sé si es una técnica de motivación o una casualidad, si se hace en todos los gimnasios o sólo en este, en fin, que tengo curiosidad. ASí que si alguien sabe o quiere aportar algo al tema, ya sabéis dónde.
P.D. Entiendo que pueda suponer una motivación para el que entrena pero... Supongo que ver a enanos tirillas sudando por cada uno de sus poros no debe ser una imagen demasiado agradable cuando sólo quieres tomar el sol y disfrutar de la piscina, ¿me equivoco?
No hay comentarios:
Publicar un comentario