A puntito de entrar en Julio y ya se va notando el calentamiento global. ¿Porno en las bicicletas? ¡Dónde vamos a parar! ¿Es que no comprenden lo duro (je, je) que resulta pedalear en plena erección? Y por otro lado, ¿cómo es que nadie se preocupa por el protagonista de esta historia? Esa cosa tiene nombre (y apellidos) y pertenece a alguien que estará herido (no en su orgullo, está claro) porque se están vulnerando sus derechos de imagen. ¿Cuánto dinero habrá dejado de ganar?, en caso de que tenga un contrato en exclusividad... ¿lo habrá perdido ahora que está disponible para todos los públicos rodantes? ¿Deberá andar por la calle con coquillera para evitar que lo reconozcan? ¿Con qué firmará los autógrafos? En fin...
Por otro lado se repone la mítica Verano Azul, que para los que no la han disfrutado (y sufrido) era el Breaking Bad de los años 80. Cada año, al llegar el verano, reposición al canto. Año tras año. Sin excepción. Pancho tendría ya alopecia y artritis la última vez que apareció en pantalla. Por mi parte, creo que voy a pasar. Tengo una imagen idealizada de las chicas que aparecían en aquella serie, que llenaban (y descargaban) mis sueños más eróticos. Revisarla ahora sólo serviría para darme cuenta (qué poco obvio) de lo quemado que iba en esa época. Así que dejaremos que esas imágenes (que siguen acompañándome de vez en cuando) permanezcan puras (en cuanto a nitidez, que no de uso) en mi imaginación.
¡Un abrazote!
