Y despegó, tras el disparo de inicio en forma de firma, el unitema que sufriremos (si Mariló Montero lo permite) hasta mediados de Noviembre. La consulta catalana.
Ayer se produjo, además, un interesante desafío intercanal, programando a la misma hora la entrevista de Risto Mejide a Pablo Iglesias, y la de Ana Pastor a Artur Más. Teniendo en cuenta que ambos personajes cuentan con un nutrido grupo de seguidores, la duda estribaba en cuál de los dos ganaría en audiencia gracias a sus detractores.
Fue Pablo Iglesias quien se llevó "El gato al agua" (chistaco), demostrando que una coleta puede ser más odiada incluso que una identidad plurinacional.
Destaco que el inicio de la contienda (hablo de Catalunya, ahora) se incició de forma más tibia de lo que esperaba. Ejerciendo de Poli bueno y poli malo, salieron a escena Cospedal y Soraya Saenz. La primera firme, entrecejo arrugado, decidida. La segunda consternada, con ojos llorosos, tocando la fibra por una ruptura (que NO se puede producir con una consulta, del mismo modo que por responder un cuestionario de Moviestar no entras directamente a formar parte de su compañía) que causaría daños psicológicos permanentes al país por abandono.
Está claro que este es el primer paso, y que conforme se acerque la fecha de la consulta, se empezarán a escuchar las burradas a las que nuestra clase política nos tiene acostumbrados. Pero, mientras tanto, me parece un buen modo de empezar un conflicto que se debe arreglar hablando, no escupiendo.
¡Un abrazote!
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