Bien, el Tribunal Constitucional hace aquello para lo que ha sido creado, anula (de forma cautelar) la consulta catalana y se da 5 meses para emitir un veredicto.
Resulta curiosa esta falta de celeridad, sobretodo cuando día y noche oyes en las noticias que la solución para el mercado laboral no es bajar los sueldos (claro, de bajarlos más debería actualizarse la ley para permitir el esclavismo, cosa que el TC resolvería en menos tiempo, seguro) sino vincularlos a la productividad.
De ser así, y teniendo en cuenta que se han dado 5 meses para estudiar un caso (recordemos que para el Estatuto de Catalunya se pasaron más de un año deliberando) la media sale a dos fallos y medio anuales. No creo que haya ninguna otra empresa (pública o privada) en el mundo en que se permita este ritmo de trabajo.
Claro está que hay comprender los atenuantes.
La media de edad del Tribunal es de 65 años. Está claro que los días que se estropea el ascensor no se trabaja. Y puesto que han de estar todos para poder hacer una votación justa, cualquier baja significa también un paro de actividades. Por no hablar de cualquier fallo mecánico en algún Taca-taca, el tener que esperar a los días lúcidos de algún miembro del tribunal o una muerte súbita e inesperada. Porque además de jueces son personas (por tanto no son inmortales) y dada la precariedad laboral, es más que posible que muchos días deban quedarse en casa cuidando de sus nietos. Y un sólo fallo del pegamento dental de alguna de sus dentaduras puede echar abajo un día de arduo trabajo colectivo.
Por tanto, no seáis duros con ellos. Porque mientras lo hacéis, nos meten una subida del 11% de la luz, bien envaselinada y perfecta para pasar el invierno.
Pues nada, me voy a ser productivo a ver si consigo vincular de algún modo este pasatiempo a mi inexistente sueldo actual.
¡Un abrazote!
No hay comentarios:
Publicar un comentario