Marhuenda diciendo que no le importaría votar a Pedro Sánchez.
Y no hay tsunamis. Ni terremotos. Ni una triste ola de revolcón playero.
Esto hace que tengamos que revisar muchos de los mitos con los que hemos crecido. Quizás el demonio se duche con agua bendita. Quizás los ángeles tengan sexo después de todo. Quizá Kiko Rivera enamore a sus conquistas gracias a su encanto. Quizá el Dioni sólo dejó mal aparcado el furgón del banco. Quizá Nacho Vidal sí es capaz de embutir su herramienta de trabajo en un vaso de tubo.
Quizá el mundo ha cambiado. Y sólo nos queda dudar de todo lo que nos rodea.
¡Un abrazote!
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