Y ya estamos en Julio. A los que empiezan vacaciones, felicidades. Los que siguen trabajando, condolencias, y a los que, desgraciadamente, no están ni en lo uno ni en lo otro, muchos ánimos.
Mientras, se produce la primera visita de los (nuevos) Reyes al (nuevo) Papa. Supongo que se habrán enseñado todos los juguetitos a los que han podido acceder desde que ocuparon el cargo. Los alerones del Papamóvil, el anillo de poder de los Borbones, las google Glass Papales o el pequeño retraso mental que acompaña a generaciones incestuosas reales que, por suerte, ha conseguido evitar (con Froilán aún se están haciendo estudios). En fin, no me parece mal que se visiten unos a otros, pero en los tiempos que corren... ¿El Skype es demasiado plebeyo, una abominación del diablo? ¿O quizá el papa no les quiere pasar su Whatsapp? O hay mucha envidia de que tenga muchos más seguidores en tuiter que la casa real. Sea como sea, se han reunido, han chocado los cinco y seguro que han dicho, ¡A mí me ha puesto mi padre!
Lo de Ana Botella ya es otro cantar. Entiendo que uno puede tener sus creencias y convicciones pero ¿llevarlas más allá del hecho económico? Durán y Lleida nunca se ha escondido. Está en contra del separatismo, del matrimonio Gay y, sin embargo, si tuviera un desfile que lleva a la ciudad millones de euros en ganancias gracias al turismo (gay), sería el primero en desfilar en las carrozas. Se abrillantaría la calva con vaselina (ahí termina todo su conocimiento acerca de los homosexuales), bailaría la samba, movería su cucu, y se dejaría palmear el culo con tal de sacar tajada. Algunos dirán, eso es porque es Catalán. No, se trata de sentido común.
¡Un abrazote!
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