A falta de unos cuantos días, ya se empieza a hablar de los planes para fin de año. Empiezan a llegar esas laaargas colas de correos que, digámoslo todo, empiezan bien, formulando buenas propuestas, ideas, consejos, pero que acaban terminando paulativamente en mensajes del tipo, !Juergaaaa!, ¡Mojitos!, y ¡Molaaaaa! que si bien alegran los 30 segundos que tardas en leerlos, no acaban aportando nada.
Después se pasa a los malentendidos. Se produce la típica descoordinación donde se comienzan a responder correos antiguos, el diálogo se divide y llega un momento que ya no sabes quién queda con quién, quién lleva qué, o quién demonios es ese tal Carlitros.
Finalmente, llega el día 30, se borran todos los correos y se hace una llamada. Oye, tú, ¿mañana qué? Con lo que se demuestra que el exceso de información tan sólo produce desinformación.
¡Un abrazote!
P.D. Este fin de año voy a decir no a todas las proposiciones sexuales que me hagan. Estoy seguro que en un universo paralelo mi otro yo estará eternamente agradecido y sólo tendré que esperar a que me devuelva el favor. ¡Visión de futuro!
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